Cómo hablar sobre la psoriasis sin sentirse avergonzado

“Practiqué frente al espejo antes de decírselo a nadie”
Charly estaba de pie en el baño, sosteniendo una taza de café en una mano y ensayando sus palabras en voz alta.
“Tengo una enfermedad de la piel llamada psoriasis… no es contagiosa…”
Hizo una pausa y lo intentó de nuevo.
“A veces me salen manchas rojas… es crónico, pero manejable…”
Se preparaba para contárselo a alguien nuevo. No a un médico ni a un familiar. A una mujer con la que acababa de empezar a salir. Y aunque parecía amable, la idea de decirlo en voz alta le oprimía el pecho.
No quería lástima. No quería rechazo. Pero sobre todo, no quería avergonzarse de algo que no había elegido.
Si alguna vez has practicado qué decir sobre tu psoriasis o has evitado decir nada, no estás solo. Hablar de una afección visible como la psoriasis puede resultar abrumador. Este artículo te ayudará a encontrar las palabras y la confianza para expresarlas.
En este artículo aprenderás:
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¿Por qué es tan difícil hablar de la psoriasis?
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Cómo reconocer y superar la vergüenza
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Pasos sencillos para desarrollar la confianza a través de la práctica
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Ejemplos de conversaciones reales y guiones que puedes utilizar
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Qué hacer si se congela o comparte demasiado
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Cómo pasar de la vergüenza a la propiedad de tu historia
Por qué es tan difícil hablar de la psoriasis
Para muchas personas, la psoriasis no es solo un problema cutáneo. Es un problema emocional.
Es el momento en que alguien te miró los brazos en el tren.
Por quinta vez en una semana se pregunta: “¿Es contagioso?”
Es esa pausa tranquila después de explicarlo, cuando la otra persona no sabe qué decir.
Hablar de psoriasis es difícil porque conecta con algo más profundo: nuestro miedo a ser juzgados, incomprendidos o rechazados. La piel es la capa más visible del cuerpo, y cuando algo en ella se ve "diferente", la sociedad suele reaccionar con incomodidad.
No es de extrañar que muchas personas sientan:
-
Avergonzados de cómo se ve su piel
-
Temen que los consideren sucios o insalubres.
-
Preocupados de que les traten de forma diferente en el trabajo o en sus relaciones.
Este peso emocional hace que incluso una pregunta tan simple como “¿Qué tienes en el brazo?” parezca enorme.
La vergüenza es normal, pero no tiene por qué dominarte
Sentir vergüenza no significa que seas débil. Significa que has tenido experiencias que te han enseñado a protegerte.
Quizás alguien hizo un comentario cuando eras adolescente.
Tal vez una cita le preguntó si era contagioso.
Quizás un compañero de trabajo te dirigió una mirada que te hizo encoger el estómago.
Estos momentos se quedan con nosotros. Construyen muros alrededor de nuestra voz.
Pero aquí está la verdad: la vergüenza es una señal, no una señal de alto.
Te dice que esto importa. Que te importa cómo te ven los demás.
Pero no tiene por qué controlar tus decisiones.
Puedes reconocer ese sentimiento y aun así alzar la voz. El primer paso es construir esa voz en un espacio seguro.
Empieza por ti mismo: practica solo primero
Antes de hablar con los demás, habla contigo mismo. En voz alta.
Al principio quizá parezca una tontería, pero es poderoso.
Prueba esto:
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Párate frente a un espejo
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Mírate a los ojos
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Diga: «Tengo psoriasis. Es una enfermedad crónica de la piel. La controlo y es parte de mi vida».
Luego dilo de nuevo. Ajusta las palabras si quieres. Díselo como se lo dirías a un amigo. Díselo como se lo dirías a alguien que te quiere.
Otros métodos de práctica:
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Graba una nota de voz tuya explicándolo.
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Escribe un breve guión en tu diario.
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Habla con un amigo de confianza como ensayo.
Estos pequeños pasos te ayudarán a encontrar tus palabras, tu tono y tu ritmo. Cuanto más practiques, más natural te resultará cuando llegue el momento.
Crea un guión en el que puedas confiar (y hazlo tuyo)
No necesitas una explicación perfecta. Solo necesitas una que te resulte auténtica.
A continuación se muestran algunos ejemplos de scripts que puedes personalizar para diferentes situaciones:
✅ Para entornos sociales informales:
Quizás notes algunas manchas en mi piel. Es psoriasis. No es contagiosa ni peligrosa, simplemente algo que controlo.
✅ Para citas o relaciones más profundas:
Quería compartir algo personal. Tengo una afección cutánea llamada psoriasis. A veces se me agrava y, aunque puede ser frustrante, he aprendido a controlarla. No me define, pero es parte de mi vida.
✅ Para entornos laborales o profesionales (si es necesario):
Tengo una afección cutánea crónica que a veces me causa enrojecimiento o descamación. Está bajo control, pero prefiero ser transparente para evitar confusiones.
Consejos para utilizar tu guión:
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Mantén tu tono tranquilo y firme.
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Sonríe si te sientes cómodo, suaviza la tensión.
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Si hacen preguntas respetuosas, genial.
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Si responden con torpeza, mantén la calma. No hiciste nada malo.
Qué hacer si se congela o comparte demasiado
Sucede. A veces los nervios nos dominan. Podrías:
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Decir demasiado
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Tropezar con las palabras
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Discúlpate más de lo que pretendías
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Congelarse por completo
Esto no significa que hayas fracasado. Solo significa que eres humano.
Consejos para conectarse a tierra en caso de congelamiento:
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Respira y haz una pausa. El silencio está bien.
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Di: “Me cuesta un poco hablar de ello, pero cada vez lo hago mejor”.
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Cambia de tema si lo necesitas. Siempre puedes volver a leerlo más tarde.
Si compartes demasiado y te sientes vulnerable:
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Recuerda: «Fui honesto. Eso requiere fuerza».
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No estás obligado a seguir explicando
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Si deseas volver al tema, di:
Me doy cuenta de que dije mucho antes. Solo quería ser abierto. Sin presión para responder si no estás seguro de qué decir.
No tienes que ser perfecto. Sólo tienes que ser real.
No necesitas ser un experto. Solo necesitas ser real.
No eres responsable de educar a todos.
No es necesario explicar el sistema inmunitario, los desencadenantes ni las opciones de tratamiento a menos que lo desees.
Un simple “es psoriasis” es suficiente.
Cuando hablas con calma y confianza, la gente lo nota.
Y cuanto más practiques decirlo, menos poder tendrá la vergüenza sobre ti.
La confianza no es la ausencia de incomodidad, es la capacidad de seguir presente, incluso cuando es difícil.
Palabras finales: La vergüenza desaparece cuando te haces cargo de tu historia
Cada vez que hablas de tu psoriasis con honestidad y respeto propio, la vergüenza se hace un poco menor.
Tu voz se hace más fuerte.
Tu identidad se vuelve más clara.
No eres tu piel.
No eres la suposición de alguien.
No estás roto.
Eres una persona completa y vibrante con una historia que vale la pena compartir y mereces contarla sin miedo.
Lectura adicional
Si está trabajando para sentirse más seguro y abierto acerca de su psoriasis, aquí hay algunos artículos relacionados que pueden resultarle útiles:
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Citas con psoriasis: cómo generar confianza y conexión
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Referencias
-
Fundación Nacional de Psoriasis – La vida con psoriasis
Cubre el impacto emocional, el estrés, el estigma social y consejos prácticos para afrontarlos. -
Very Well Mind – Vivir con dermatitis atópica
Comparte experiencias personales con el eczema, incluida la salud mental, la identidad y las interacciones sociales. -
Verywell Mind: Cómo me sorprendió el eccema en la edad adulta
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Sociedad de Vitíligo – Hablemos del Vitíligo
Analiza el impacto en la salud mental y cómo iniciar conversaciones abiertas con familiares y amigos. -
Asociación Nacional del Eczema – Ciencias de la Salud Mental
Presenta investigaciones sobre cómo el eczema afecta el bienestar mental, la confianza social y el estigma.
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